Templo de la Veracruz

Es el segundo gran proyecto construido en Galicia por el arquitecto Antonio Palacios Ramilo de toda la serie de trabajos de temática religiosa. El primero había sido el Templo Votivo do Mar de Panxón, en Nigrán, Pontevedra. El proyecto del Templo de la Veracruz le fue encargado en el año 1942, aprovechando un viaje del arquitecto a Ourense, por Evaristo Vaamonde, párroco de la villa, y una comisión de vecinos que consideraban insuficiente el templo parroquial e intentaban construir uno nuevo.

El 26 de junio de 1943 se coloca la primera piedra y en julio del mismo año se inician las obras bajo la tutela del maestro cantero carballiñés Adolfo Otero Landeiro, que interpreta perfectamente el sentido de la obra. Tras la muerte de Palacios, dos años después de presentar el proyecto, Otero Landeiro con el asesoramiento de los ingenieros Marcelino Enriquez y Roberto de Agustina, lleva adelante la construcción, finalizando la rotonda en 1946. El aparejador Rafael Jorreto Calpe y otros intervienen en la obra, firmando por esas fechas, 1948, la liquidación de los trabajos el arquitecto de Ourense Manuel Conde Fidalgo, colaborando en la interpretación del resto del proyecto el ingeniero de O Carballiño, Marcelino Parrondo, amigo de Palacios. En 1949 comienzan las obras de la torre, que se prolongarían, tras detenerse y reiniciarse en 1956, hasta julio del año siguiente, en que concluirían. Con la torre a medio hacer, el templo se abrió oficialmente al culto el 17 de septiembre de 1952, festividad de San Cibrán, patrono de la villa.

A finales de esa década se inicia la construcción del arco parabólico con los Doce Apóstoles, obra del maestro cantero de O Carballiño, Xesús González. Cuando el templo quedó concluido en sus elementos más importantes -milagrosamente, si se tienen en cuenta la infinidad de dificultades financieras que se hubieron de superar-, en julio de 1957, de los tres artífices originales, tan sólo D. Evaristo, el promotor, vivía para verlo. Luciano Evaristo Vaamonde da Cortiña, el párroco de O Carballiño de los últimos treinta años, fallece el 18 de abril de 1961, dejando como legado el templo ya concluido.

Construido en su totalidad con materiales de la comarca, en especial granito y pizarra, el Templo de la Veracruz representa la obra más grandiosa e identificadora de la villa.

El estilo, en su conjunto, es de difícil definición, por cuanto se trata de una amalgama de muy diversas formas arquitectónicas y escultóricas. No obstante, el historiador carballiñés Felipe Senén Gómez, erudito de la obra palaciana, que estudió profusamente en este caso, generalizando acerca de su arquitectura religiosa, dice que “sus templos son como una suma teológica de la arquitectura histórica de Galicia, en relación también con la arquitectura del Camiño de Santiago, con la arquitectura inglesa, el atlantismo y, con los modelos y admiración de Palacios a la Escuela Vienesa”. Así, se observan influencias y trazos de todas estas formas de construcción: pazos, monasterios (Oseira, Melón), catedrales, iglesias, castillos…La simbología está presente en cada uno de los elementos del templo y, en su conjunto, la Veracruz es todo un símbolo expresionista de la época.